El carbón negro que se produce en la ciudad y a raíz de la deforestación de los bosques amazónicos también puede afectar a los glaciares tropicales, afirmó el glaciólogo Patrick Ginot, que estudia este fenómeno.
Ginot tiene una experiencia de 15 años observando los glaciares andinos, entre 2006 y 2010 con mayor frecuencia, y hace cuatro años en los nevados del territorio boliviano para medir la variación de su masa, calidad del aire y el estado de la atmósfera.
Los programas de investigación GreatIce y Glacioclim han consolidado glaciares piloto con instrumentos de medición, en Bolivia en Zongo y Charquini Sur así como un monitoreo de la atmósfera en Chacaltaya que observan junto a investigadores de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
"Tenemos varias estaciones meteorológicas que están sobre el glaciar y fuera del glaciar -dijo Ginot-, para medir la variación de temperatura, humedad, precipitación y flujo de energía, también tenemos varias estacas en el glaciar para medir su ablación (pérdida de masa), utilizamos GPS para medir la variación de su superficie y su retroceso, y bajo del glaciar tenemos varios instrumentos para medir la cantidad de agua que sale del glaciar".
Según Ginot existe un retroceso de los glaciares más fuerte desde los años 70 a 80, un fenómeno vinculado directamente al calentamiento global y al cambio de época de humedad. Sin embargo, a partir de la observación de la calidad del aire en la atmósfera, también cuentan con información sobre el depósito de polvo y carbono negro sobre los glaciares, que puede tener un impacto en este retroceso.
"Hay dos fuentes de carbón negro. Una es la ciudad (próxima a la cordillera) que es una fuente pequeña, y la otra mucho más importante viene de la amazonia, de la deforestación, de los fuegos de la amazonia. Este polvo carbón negro sube hasta la cordillera y se deposita en los glaciares", acotó Ginot. El asentamiento del carbono en forma de hollín o "carbón negro" sobre los glaciares tiene la consecuencia de hacer que aumente la absorción de luz y calor.
Ginot explica que el derretimiento de los glaciares no tiene que ver con un solo factor, como el calentamiento global, sino que se debe estudiar los cambios en el periodo de precipitación anual y otras fuentes de contaminación antropogénica, como la generación de polvo y carbón negro.
Fuente: Jornada