Salvando la Laguna Colorada con aguas del Silala o del HuayllaJara

El trasvase desde dos acuíferos puede ayudar a rescatar uno de los mayores atractivos turísticos del país.

"Por ahora, en general, no ha habido afectación dura en las 22 áreas nacionales protegidas. Lluvias y sequías afectan de manera distinta pero la situación es regularmente estable”, explica el director ejecutivo del Servicio de Áreas Protegidas (SERNAP), Félix Gonzales Bernal, antes de recibir a dirigentes de Sur Lípez, Potosí, que lo visitan desde la lejana Reserva Eduardo Avaroa (REA). Las excepciones negativas son algunos de los más singulares humedales de altura: la cuenca Tajzara en la reserva del Sama, Tarija, y las lagunas de "colores” cerca de la frontera suroeste con Chile: Colorada y Verde, entre las más importantes, desecadas hasta en 70% por la escasez de lluvias desde hace tres meses. "No hemos tenido información dramática, salvo Laguna Colorada, disminuida de manera importante en su espejo de agua como en Laguna Verde y otras pequeñitas que se han secado, pero que no tienen mayor incidencia”, precisa Gonzales. El exgobernador potosino encabeza el SERNAP desde noviembre pasado, casi al comienzo de una de las temporadas más severas del cambio climático y el calentamiento global, que están impactando sobre los recursos hídricos en Bolivia y el mundo. Intensas precipitaciones pluviales en algunas regiones del país derivan en inundaciones, heladas, nevadas y granizadas, con saldo de 60.000 familias damnificadas, casi 31.000 hectáreas de cultivos dañadas y 16.000 cabezas de ganado perdidas. Pero en otras, la sequía causó la desecación del lago Poopó en Oruro, afectado también por miles de tomas para riego en su fuente principal, el sistema río Desaguadero-lago Titicaca, compartido éste por Bolivia y Perú. Todas ellas caracterizan al denominado fenómeno meteorológico de El Niño, que, desde 1997, genera con mayor reciedumbre una corriente de agua cálida en la superficie del océano Pacífico, la cual arrebata el comportamiento del clima desde el polo Norte hasta la Antártida. Su hermana, La Niña, suele seguirlo con frentes fríos, que recrudecieron los años 2000 y 2010 y que, según las previsiones mundiales, volverán hacia junio próximo. "En los Lípez no ha estado lloviendo y tenemos pérdida enorme en la producción de quinua. Afecta también a camélidos, no hay pasto. Y a las lagunas, sobre todo a Colorada, que congrega a 120 mil turistas anualmente”, señala Gonzales. Después de una reunión entre la Gobernación potosina y el Ministerio de Medio Ambiente y Agua se acordó que el SERNAP realice un estudio de compatibilidad de aguas, con la posibilidad de canalizar agua desde el afluente HuayllaJara, que está a una distancia de siete kilómetros. Se contrató una consultora y se envió muestras a Perú para que emitan un criterio que permita llevar adelante el proyecto. Se está a la espera de informe final. Si la muestra indica que hay compatibilidad, se realizará el proyecto para conservar la Laguna Colorada. Entre el 18, 23 y 24 de febrero llovió, aumentando un poco el nivel y se verá cuántos centímetros aumentarán con las lluvias próximas para que no se seque. Igual en la Laguna Verde hay este efecto, pero damos mayor importancia a la Colorada, que es la que más atrae a turistas. El director ejecutivo del SERNAP, Félix Gonzales Bernal, se refiere al proyecto en la siguiente entrevista. ¿Es un paliativo o una solución a largo plazo? Se está buscando la solución al problema a enfrentar incluso en los meses siguientes. HuayllaJara es un proyecto real entre las tres instituciones y se espera que en abril, si es que no hubiese problema de compatibilidad, entre en marcha. Aunque HuayllaJara es uno de los afluentes, puede que en su trayecto vaya cambiando en cuanto a componentes químicos del agua, todo eso dará el estudio, que frente al cambio climático se hace necesario. De todas maneras, llueva más o no llueva, igual se llevará adelante el proyecto desde HuayllaJara hasta Laguna Corada. ¿Hay otra solución? Todavía no se ha hecho ningún trasvase. Otra posibilidad es el río Silala, a 20 km, porque esas aguas están yendo a Chile. Están en nuestro territorio y podemos utilizarlas, dependiendo de la época. Con lluvias son más de 200 litros/segundo de caudal y en estiaje 120 l/s, cantidad importante con un ducto de 12 pulgadas. Pero eso está sujeto a una determinación del ministerio y otras instancias, porque requiere de mayor inversión bombear agua desde la parte baja y luego por gravedad trasladarla hasta la Laguna Colorada. Es complejo pero viable. Se hará el estudio, la zona es altamente mineralizada. ¿Y el cambio de color de las aguas? Esperemos que no, que las lagunas no cambien de color, porque tenemos otros factores que inciden en la Laguna Colorada. Hay mucho turismo y el polvo que se genera está afectando de sobremanera. Con la Gobernación de Potosí tenemos un proyecto de empedrado en torno a la laguna para que se tenga una sola ruta exclusiva y que no se genere la cantidad de polvo que se da cuando van vehículos con miles de turistas. Por eso es que en la laguna hay una parte que tiene una coloración ploma al inicio y luego, en el centro, está la coloración roja por las algas del lugar. Otro problema es que no encontramos agregados, como la piedra, que llevaremos de algún lugar cercano para eliminar el problema del polvo, que está generando algún tipo de cambio en la Laguna Colorada. Las lluvias, ¿cómo está la situación en otras reservas? A nivel nacional se debe regular hacia lo bueno, salvo la REA. Hubo lluvias en el Sajama (entre La Paz y Oruro, también frontera con Chile) y también en el Chaco, aunque no con la intensidad que se necesita. Visitamos El Palmar (área natural de manejo integrado, en Chuquisaca), hay buena producción y los ríos están con bastante agua. ¿Y en laguna Concepción y el Pantanal, en el oriente? Ha estado lloviendo, quizá no con regularidad pero no hay riesgo. La afluencia de lluvias ha bajado pero está estable. Igual en el Madidi, también en Manuripi y otras áreas. En Torotoro está lloviendo con regularidad. No hay riesgo de que el Pantanal pueda secarse. A nivel nacional estamos bien, salvo por lluvias que afectan a la población en sus sembradíos, también granizadas o heladas. ¿Cómo impacta el cambio climático a las áreas protegidas? Especialmente a las partes altas. Sabemos que en los Lípez el nivel de lluvias es muy bajo, pero suficiente incluso para el cultivo de la quinua. Lo que sí afecta es el granizo y la helada, tanto a la flora como a la fauna. Una granizada fuerte puede causar que muchas aves mueran. Los granizos pueden ser hasta del tamaño de pelotas de golf. También hubo desaparición de hielos y nevada en varias áreas como el Sajama, pero otra vez ha nevado. De manera que creemos que el cambio climático no llegó todavía con ese efecto tan duro como en otros lugares. De todas maneras, hay que estar preparados. Por ejemplo, la vicuña puede ser afectada si es que no llueve. Hay algunos bofedales que son su centro de alimentación. En el parque Madidi, la Estación Biológica de Beni, el parque Pilón Lajas y Manuripi (Pando) hay inundaciones y comunidades han sido trasladadas a otros lugares más altos para evitar enfermedades.